
Si estás pensando en cómo posicionar tu marca y diferenciarla de la competencia, ¡estás en el lugar indicado!
Para lograrlo, debes definir qué deseas transmitir como marca y la estrategia que te guiará en el camino hacia una comunicación consistente y atractiva.
Para ello, considera los siguientes puntos:
Propósito: define quién eres y cuál es la razón de ser de tu marca, su esencia.
Público objetivo: especifica tu cliente ideal pensando en datos demográficos, geográficos, psicográficos, comportamientos.
Valores: elige valores que realmente te representen, ya que son los que te van a acompañar en tus acciones.
Personalidad: este aspecto es fundamental, ya que es lo que te va a diferenciar. Es importante encontrar un estilo propio. Además, define cómo quieres que se comporte, conecte y hable la marca; en qué tonos y formas.
Beneficios: aquí tienes 3 tipos: funcionales, emocionales y simbólicos.
- Funcionales: son los que se refieren específicamente al producto o servicio.
- Emocionales: son las conclusiones del público luego de valorar su experiencia.
- Simbólicos: son los que representan una aprobación, ejemplo: estatus, posición económica, poder.
Modelo de negocio: esta es la clave de la estrategia de posicionamiento. Debes tener en claro cuál es tu portafolio de productos y/o servicios para transmitir esa seguridad a los clientes reales o potenciales.
¡Ya estás listo para comenzar o potenciar la imagen de tu marca!